sábado, 28 de julio de 2012


LA FORMACIÓN DE HÁBITOS EN   NUESTROS NIÑOS.


 ¿Qué es la formación de hábitos en los niños?

Entre los 2 y los 5/6 años, el niño se encuentra en una etapa en la que los sentidos y el movimiento son esenciales para un aprendizaje, que el niño pueda desarrollarse plenamente en este período será fundamental para sus aprendizajes futuros. Esto ayuda a cada niño a avanzar en el camino de su propia independencia.

En esta etapa, además, el niño comienza a ser más consciente de todo su entorno, se hace menos dependiente del adulto y se muestra dispuesto a explorar por sí sólo. Si estimulamos esta necesidad de ser independientes le estamos ofreciendo la oportunidad de que aprenda a través de su acción en el ambiente que lo rodea.

La formación de hábitos, lo ayudará a relacionarse con el entorno de manera más eficaz, con mayor seguridad y confianza en sí mismo.

El camino para conseguir esta independencia, para aprender a ser libre, se logra rodeando al niño de un ambiente estimulante y natural, un ambiente real en el que pueda construirse a sí mismo por la vía del descubrimiento. Se requiere una organización del
espacio en concordancia con el interés del niño además de una didáctica activa.

Teniendo también en cuenta que el período 2-6 años es un período caracterizado por el juego, podemos afirmar que el desarrollo de su autocontrol y de su función motora e intelectual se estructuran a través de ese juego. Hay un tipo de juego que en nuestra
propuesta de trabajo es fundamental y es el llamado “juego de imitación o dramático”, de imitar al adulto o “jugar a ser o hacer como”... esto le permite no sólo entender al adulto
sino aprender de él las conductas y acciones que lo hacen miembro de una comunidad.



AL DECIR FORMACIÓN DE HABITOS EN LOS NIÑOS NOS REFERIMOS A:

Nos referimos a todos aquellos hábitos que tienen que ver con la formación integral de la persona, no sólo a los hábitos de higiene, orden y cortesía que son los que habitualmente se trabajan en el centro infantil, sino a una verdadera formación e interiorización de hábitos que le permitan al niño descubrir que este le ayudan para su
propio trabajo sin necesidad de que el profesor esté recordando a cada momento la forma correcta de hacer cada cosa, sino que el niño los integre como parte de su trabajo y juego diario en el centro.
Los niños de 0-6 años se caracterizan por lo que Montessori llamó la “Mente absorbente” para referirse a que están constantemente absorbiendo impresiones del ambiente y por “períodos de sensibilidad” que se consideran como momentos en el desarrollo de cada niño, de especial receptividad para determinados aprendizajes. 

El niño del ciclo infantil se encuentra en un período especialmente receptivo para los ejercicios
de formación de hábitos, ya que durante el primero y segundo período sensible el niño muestra interés por el orden y el deseo de explorar el ambiente con sus manos y su boca.
Es necesario entonces desarrollar técnicas y herramientas que capitalicen este momento y se adecuen al concepto de mente absorbente.



HAY DOS TIPOS DE EJERCICIOS PARA AYUDAR A NUESTROS NIÑOS A  LA FORMARCIÓN DE  HÁBITOS:


1.-  Cuidado de la propia persona, cuyo objetivo es conocerse a sí mismo y atender por sí sólo el aseo y cuidado corporal.

En este grupo se incluyen actividades como: vestirse, desvestirse, peinarse, lavarse los dientes, las manos, abotonarse, desabotonarse, atar cordones y lazos, lustrar zapatos.
También incluye todos los hábitos de cortesía.


2.- Cuidado del ambiente, cuyo objetivo supone lograr familiarizarse con el medio ambiente que lo rodea llegando a independizarse del adulto para manejarse con seguridad.

 En este segundo grupo se incluyen actividades como: mantener la limpieza de muebles y material, lavar, secar, regar, poner la mesa, quitarla, lavar verdura y fruta, trocear, preparar ensalada, plantar, cuidar de plantas y animales. En este grupo se incluye, lo inherente al ambiente de la clase: Transportar objetos, enrollar y desenrollar alfombras, escoger materiales, utilizarlos correctamente, guardarlos.


Con estas actividades y ejercicios el niño aprende a iniciar y terminar una tarea, a ser más seguro, a trabajar de manera independiente. La formación en estos hábitos es de fundamental importancia en el desarrollo de cada niño, que conservará estos aprendizajes y las habilidades adquiridas, indefinidamente.

Esto ayuda a que nuestros niños puedan y logren vestirse sólos, cuidar de su aseo personal, preocuparse de su ambiente, poner todo en orden, moverse con seguridad, transportar objetos con facilidad, relacionarse respetuosamente con otros, será un niño con la libertad y la madurez necesaria para continuar hacia el paso siguiente en su desarrollo.

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